sábado

Lo más importante del 2006

Aunque me eche al agua no me importa publicarlo
me siento orgulloso por la xuxa de mi tierra y de mi equipo que pasamos a Primera División...

Otra noticia coherente del Sure ... graciassss


Lota es de Primera División
Gracias por esta hazaña
Sufriendo, como es característico de su gente, la “Lamparita” logró un golazo cuando todo estaba perdido y desató la fiesta y las lágrimas.



“Este es el sueño de toda mi vida... No entiendo qué esta pasando”, decía un emocionado José Salcedo. Lota Schwager tuvo merecida fiesta, sufriendo como es su costumbre y con un gol cuando faltaban apenas 30 segundos. La volea de Roberto Silva será recordada por siempre, igual que “las manos de Dios” de Limenza. ¡Por fin, de vuelta a Primera! El técnico Jaime Nova no podía hablar de tantas lágrimas y mostraba su corazón a la gente. “Da lo mismo el análisis táctico. Le ganamos a todo lo que nos pusieron por delante”, confesó. Pero también hay que hablar de fútbol y ahí la “Lamparita” entró como una tromba y abrió la cuenta con zurdazo bajo del “Galgo” Salcedo”. Rangers estaba asustado. La gente intimidaba, pues sumando el cerro y el estadio había cerca de 11 mil personas. Lo mejor es que sacaron un siete en conducta. Lota hizo un perfecto primer tiempo que incluso pudo coronarse con una soberbia “chilenita” de Patricio Morales que Dalsasso le sacó al córner. Por la izquierda, el cuadro minero dañaba en cada ataque. El segundo tiempo fue muy distinto. Felipe González y el muy pifiado Francisco Huaiquipán controlaron el balón y Cristián Limenza tapó tres goles cantados. Nova se la jugó metiendo a todos sus delanteros y por osado casi lo pierde todo cuando Fabián Ibarra empató de penal. El estadio enmudeció de pena, pero habría premio para el más luchador. Un desborde del incansable Patricio Morales no pudo ser conectado por Gustavo Moreno y atrás de todos estaba Silva. El goleador de 2005 borró un año lleno de lesiones parando la pelota con el pecho para sacar un derechazo al ángulo. Ese tiro era más que un gol, significaba el 2-1 y la esperanza para una ciudad que nunca esconde su pasión. Los penales fueron otro cuento. Rivera y Monroy se tomaban la cabeza intranquilos, todos se quedaron el la mitad del campo y era la hora de que apareciera un héroe. Los cuatro ejecutantes locales sorprendieron con su frialdad para no fallar nigún remate y el portero Limenza sacó dos tiros rojinegros y tiñó la cancha de blanco. Una fiesta. Salcedo quedó en calzoncillos, Limenza cruzó la cancha de rodillas pagando una manda, Vinés se abrazó con Nova en una fusión de los dos gestores de la hazaña, Castillo lloraba como un niño y Coronel fue tan feliz como hace 20 años, cuando eran de Primera. Un grupo de muchachos tomó sus picotas y demostró que por el camino más pedregoso también se llega al cielo. Ayer se abrió la mina, la champaña y también un sueño."